miércoles, 12 de octubre de 2011

La prensa de Azul sobre el proyecto de capitalización de Bahía Blanca (1900)

Les transcribimos, a continuación, algunos de los numerosos artículos que la prensa azuleña dedicó al proyecto presentado por Carlos Pellegrini donde se proponía convertir a Bahía Blanca en capital de una nueva provincia. El texto del proyecto sostenía que el Poder Ejecutivo gestionaría la permuta de la parte de las provincia de Buenos Aires comprendida entre Bahía Blanca y el Río Negro por una porción equitativa del territorio de Pampa Central. En el segundo artículo se establecía que "Realizada la permuta, el territorio cedido por la provincia quedará incorporado a Pampa Central, cuyo límite Sur se extenderá hasta el Río Negro, desde el Atlántico hasta el territorio de Neuquén y cuya capital y residencia de las autoridades será la ciudad de Bahía Blanca".
El proyecto suscitó el entusiasmo bahiense pero también la férrea oposición del resto de la provincia de Buenos Aires que experimentaba la escisión como una mutilación de sus territorios y, por lo tanto, de sus recursos. Azul, como Dolores en tentativas anteriores, lideró el movimiento de oposición mediante la formación del “Comité defensor de la integridad de la provincia de Buenos Aires”.
Para mayor información sobre el tema véase Silva, Hernán y otros, Bahía Blanca. Una nueva provincia y diversos proyectos para su capitalización, Bahía Blanca, Equipo de investigaciones históricas, 1972.

El proyecto pampa

Ya sancionó el senado nacional el proyecto pampa del Dr. Carlos Pellegrini, el más malvado de los porteños, que no ha podido saciar todavía su odio á la provincia de Buenos Aires, con haberle causado los mayores males de nuestra historia contemporánea.
Tenemos, pues, sancionada por el senado de la nación, la desmembración de la provincia. Pellegrini es el turco, y la cámara alta del congreso nacional, el oso de argolla en la nariz o en el labio superior, que viene á ser lo mismo.
Pellegrini tiene un ódio profundo a la provincia de Buenos Aires; le revienta, como él suele decir en sus biliosos ataques neurasténicos, este estado que aun no ha podido meter en su bota de dictador en ciernes, en crisálida eterna! Y brega y se desespera, por lanzarla á todos los vientos, hecha pedazos!
Felizmente, la provincia de Buenos Aires se dispone á repeler el malón pampa, y la legislatura provincial la acompañará decididamente.
Se cuenta que el gobernandor Irigoyen está también con la provincia y su poder legislativo. Lo veremos; lo deseamos. He ahí una ocasión propicia para que el Dr. Irigoyen se levante ante el consenso público. La integridad de la provincia puede ser hoy bandera política, puede condensar principios políticos y normas de gobierno: el Dr. Irigoyen, abrazando esta causa aunque sea por cálculo, se levanta y atrae el concurso de la opinión que hoy le falta.
El proyecto pampa está, pues, sancionado.
Queda la provincia para resistirlo!
El Imparcial, Azul, año VII, n° 1002, 14 de junio de 1900, p. 1.

A la juventud de Buenos Aires
Fué siempre la juventud de Buenos Aires la primera en los impulsos nobles, en las vindicaciones de su derecho y en los sacrificios heróicas, y es á ella, á la que marcha guiada por dignas aspiraciones y no se arrastras en el bajo fondo de pasiones vergonzosas que deprimen y quitan al alma el aliento de los grandes ideales, á la que lleva en su frente la inmaculada aureola de honor, es á ella á la que los jóvenes que firman la presente que dirigen, no con la voz de banderías estrechas, sino con el reclamo amplio e imperioso del deber ineludible que exige una vez más la viril y enérgica acción del derecho.
Se proyecta la permuta de terrenos de la provincia de Buenos Aires, que contienen un puerto sobre el Océano brillante promesa para el porvenir, por una zona de territorio limítrofe, en que se pretende crear una nueva provincia con aquel puerto por la capital.
La provincia de Buenos Ares, siempre ha resignado al progreso de la república sus más grandes y legítimos intereses, pero es útil este nuevo sacrificio, esta nueva disolución que no puede tener más resultados que formar de su cuerpo fuerte y robusto un organismo endémico y enfermizo? - NO! - Los pueblos no hacer al azar; obedecen en su formación á elementos diversos que combinados evolucionan lenta y progresivamente, hasta diluir entidades con vida propia.
Pero decretar su formación sin que para ello cooperen todos esos elementos, es violentar leyes económicas reconocidas por los estadistas de todos los pueblos, que marcan los jalones de su evolución hacia el progreso; jalones que determinan el camino á seguirse si no se quiere presenciar una vez más, en nuestra tierra, el espejismo engañoso de la especulación en los inmuebles, de su rápida y ficticia valorización, fomentada con la formación de sociedad emisores de títulos y con ellas la facilidad, el abuso del crédito y el delito nacido á su sombra que levantan fortunas fabulosas que se derrumban mañana, arrastrando consigo los pequeños capitales del pueblo honrado y productor.
Cuando se piensa que la grandeza de la patria se pretende realizar con esa erección de una nueva entidad orgánica creada de una manera ficticia con retazos mal hilvanados de territorios nacidos de necesidad distintas y de hechos históricos diversos cuando se piensa que nuestra constitución y la fertilidad de nuestro suelo prometen más, mucho más á los hombres del mundo que esas antojadizas divisiones en el mapa político de la república; cuando se considera que, en vez de tales utopias el engrandecimiento de la nación solo requiere la cooperación de voluntades las luces para la mejora de nuestras leyes, la supresión de los abusos, la disminución de los impuestos, la economía de la hacienda pública, la cimentación del sistema municipal y la purificación del sufragio, tales proyectos, que nada justifican, son un sarcasmo lanzado á la faz augusta de la nación y un inútil sacrificio que se pretende imponer á la primera de las provincias argentinas!
Con toda la energía de nuestra convicción más profunda, rechazamos estas pretendidas creaciones de traeran tan grandes alteraciones en las fuerzas vitales de la república, cuyo resultado será dar vida á un engendro de entidad autonómica sin fuerzas para soportar el pesado fardo de su complicado mecanismo institucional y que sólo brillará con la fosforecencia de fuego fatuo el corto tiempo que dure la especulación.
La juventud no puede querer otra cosas que el engrandecimiento de la patria, pero por el juego regular y armónico de sus instituciones prestigiadas por el respecto de su observancia, por la lavor fecunda de sus hijos que en el campo de la ciencia, de las artes o de la industria, con el concurso de los hombres de todas las comarcas de la tierra, hagan de ella un centro de actividad tranquila y honrada evolucionando hacia el progreso bajo el cielo purísimo que cantaron los poetas y á la sombra de la bandera que es el heraldo de la grandeza Argentina.
Juventud de Buenos Aires
Las glorias de esta tierra privilegiada, en la que abristeis los ojos á la luz del día; las sombras de nuestros mayores que dieron á la patria su sangre y su vida en los campos de batalla, y murieron en ellos con la faz sonriente ante la visión sublime de nuestro porvenir, os exijen la vindicación consciente, viril y expontánea del derecho ultrajado. Esta junta ejecutiva de la juventud de la capital protestando ante la república entera de la sinceridad de sus propósitos, os recuerdo aquellos sagrados deberes, jóvenes de Buenos Aires, y os pide asegureis para siempre los altos destinos de la patria, manteniendo incólume, grande, respetable y respetada á la primera de las provincias argentinas.
Dr. Adolfo Cortés – Ingeniero Juan A. Ortiz – Dr. Héctor Perdriel – Alberto Campos Otamendi – Ingeniero Julio J. Bolla – Manuel M. de Elicabe – Agustín B. Gambier – Tomás Amadeo – Juan C. Briseño – Secretarios: Juan Santa Maria – Leonardo Ponsati.

El Imparcial
, Azul, año VII, n° 1006, 20 de junio de 1900, p. 1.

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