viernes, 29 de noviembre de 2013

Críticas de teatro 2... por Celeste

VIRGEN DE RIÑA 

Guión y dirección: Paz Romero
Intérpretes: RocioDominguez, Judit Eliosoff, Elena Fuster, Laura Quiros, Guillermina Sibart, Andrea Vera.
Maestros de ceremonia:Turiitos: Javier Prenassi, Manuel Angellini, Juan Manuel Arcuri, Santiago Iglesias, Rodrigo Bernier, Sebastián Saratella, Ariel Gerardo.

Al entrar a la sala del centro cultural “La Panadería” la iluminación era tenue y el espacio escénico tenía una sencilla decoración: un telón, un proyector y una maqueta representando una torta de bodas en un extremo de la sala. Allí tendría lugar el desarrollo de la obra: un despliegue en escenas de corta duración a través de las cuales se manifiesta una representación trágica y paródica de la celebración tradicional del matrimonio y los estereotipos que en él se desarrollan.

 “Virgen de riña”, con texto y dirección de Paz Romero, es una obra que nos confronta con una serie de pensamientos que convergen entre lo paródico, lo dramático y lo dogmático dentro de la institución del matrimonio, y abordan el estereotipo de la mujer como objeto de deseo, virgen y pura.
Los elementos más importantes del espectáculo estarán dados por seis mujeres, de entre 20 y 50 años, usando vestidos de novia, y por los efectos lumínicos, que alternarán luces y sombras al pasar de un cuadro a otro.
La obra prácticamente no presenta diálogos. Las actrices hacen uso de la gestualidad y del cuerpo para llevar a cabo su desarrollo, en diferentes actos musicalizados y coreografiados.
Un único monólogo se desarrolla evocando las experiencias de una boda pasada. El texto resulta gracioso, especialmente por el uso burlón del español “gallego”. Sin embargo, aborda temáticas ya conocidas, como la falsa virginidad, y no logra introducir ningún aspecto novedoso por lo que resulta tedioso pasado el primer momento.
Durante el resto de la obra las mujeres pasan por diversas situaciones, entre ellas, la representación de un streaptease, probablemente haciendo referencia a la noche de bodas. El baile se realiza de manera automática y despersonalizada, transmitiendo inseguridad y quizá angustia.
El momento principal del espectáculo se logra cuando las mujeres dejan de sonreír para las fotografías, se colocan capuchas y exhiben armas con las que apuntan al público generando un interesante clima de intimidad entre los presentes. Al desarrollarse en un teatro pequeño, sin divisiones claras entre escenario y espacio para el espectador la atmósfera se vuelve tensa y el público es interpelado directamente.
Como cierre se muestra una proyección donde se ve a las mujeres, vestidas del mismo modo, ocupando un vagón de tren abandonado, aún armadas, pero ya libres y felices. La obra finaliza luego que las “vírgenes” se retiran de escena e interviene una banda de música que interpreta tres temas típicos de los que pueden oírse y bailarse en una fiesta. El grupo aparece como separado del resto del espectáculo.
La temática planteada en la obra es interesante y actual, y la puesta en escena impactante principalmente gracias al vestuario. La propuesta tiene un dinamismo que hace corto su desarrollo. Considero, sin embargo, que podría profundizarse.
Las intérpretes pertenecen al mundo del teatro contemporáneo por lo que su actuación es meritoria siendo que no es su disciplina de origen, mientras tanto, las coreografías expuestas son sencillas y repetitivas.

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